Este curioso no momento


Simplificando, hay dos tipos de momentos. Están los momentos cotidianos, los que van pasando sin pena ni gloria, un día a día sin demasiados sobresaltos ni cambios de aguja; y luego están los momentos revolucionarios, en los que de repente todo cambia y desde este instante ya nada será igual. 

En Cataluña ahora no estamos ni en uno ni en otro. ¿Conocen ese instante en el que la tormenta aparece por el horizonte como una mancha gigantesca de gris en el cielo?. Hay un momento en que aún no caen gotas, pero ya puedes oler la lluvia y las hormigas se esconden en sus huecos y las arañas destejen apresuradamente. Ese instante es un no momento, porque no es ni cotidiano ni revolucionario; es como un tiempo suspendido, un tiempo muerto.

Este tiempo interrumpido tiene un hálito de belleza. Como esos dos grandes ejércitos que se miran a un lado y el otro de la loma y se escucha el crepitar de las banderas al viento. Ese instante un poco irreal en el que se abren las compuertas de la historia. 

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